Homenaje a Diego Colchero Barba
FALLECE DIEGO COLCHERO BARBA
La Hermandad de la “Borriquita” en el día de ayer 6 de septiembre, sufrió la gran pérdida de Diego Colchero Barba, vestidor de nuestra titular María Santísima de la Palma durante más de 30 años. Una manera de tenerlo presente y honrar su memoria, para que los más pequeños tengan en su recuerdo lo que ha significado para nuestra hermandad es publicar la Salve que él mismo escribió para nuestra titular María Santísima de la Palma. También hacemos extensivo unas palabras escritas por nuestro hermano Rafael Pérez Becerra, en el que expresa los sentimientos de todos en estos momentos. D.E.P
SALVE DE DIEGO PARA MARIA SANTISIMA DE LA PALMA
Salve que él mismo escribió para nuestra titular María Santísima de la Palma
SENTIMIENTOS Y VIVIVENCIAS CON DIEGO COLCHERO
Allá por los años 80, cuando nuestra hermandad comenzaba a afianzarse y crecer nuevamente, se dejaba entrever el trabajo del rejuvenecido grupo de jóvenes entusiastas que tomarían el relevo de nuestros MAYORES.
Aquellos "niños", los que dieron la fisonomía e idiosincrasia que actualmente sentimos y disfrutamos todos los marcheneros.
Uno de los tantos frutos de aquel maravilloso grupo de hermanos, fue la incorporación de nuestro querido Diego Colchero a nuestra corporación; o pienso quizás, que fue más bien Ella la que nos lo trajo hasta Marchena, bendito regalo.
Diego, cofrade de un inmenso amor a María, fue vestidor y desempeñó diversos cargos en juntas de gobierno de su pueblo y de su Hermandad Soleana de Pilas o de la Borriquita, a la que del mismo modo, ayudó a dar sus primeros pasos; al igual que el de vestidor de otras tantas imágenes marianas de la geografía andaluza, en la que claramente se incluye Marchena. No obstante, en su gran corazón, un rincón muy grande estaba dedicado a nuestra Virgen Niña.
Él supo adaptarse y aunar el cariño y saber de las jóvenes camareras que lo daban todo por Ella y su bendito Niño. Se llegó a crear un grupo humano que aún perdura en el tiempo y sigue dando frutos.
Propició el cambio tan necesario en el ajuar de María Stma. de la Palma, "cambiando el chip" enriqueciendo y creando un estilo propio que hizo que nuestra titular fuera referente en Marchena y en toda la comarca.
Si recuerdan la oscuridad de la saya negra de la Duquesa de Alba y manto azul, dio lugar "a la claridad y alegría del Domingo de Ramos", él quería "blancura" por lo que el blanco y oro serían el perfecto realce para nuestra Madre y del que él se sentía tan orgulloso.
Su devoción por su Niña, eran el motor para que nunca faltase a su cita cada vez que había un cambio de vestimenta o en los días previos de cada Domingo de Ramos, ya últimamente acompañado por su amigo Alberto, quién también conoció de primera mano su amor por la Virgen de la Palma.
Su personalidad sencilla, amable, servicial y de amor por nuestra Virgen, hizo que fuera querido por muchos hermanos anónimos, por nuestros costaleros, capataces, miembros de junta, colaboradores... a los que incluso llegó a enseñar a quererla como se quiere a la madre de Dios en San Agustín, a pesar de ser de fuera de Marchena.
Para el recuerdo quedarán los pequeños conflictos por "la escoba", el poyero, los tocados más estrechos... Sin embargo, son anécdotas que se suman a los tantos momentos vividos junto a Ella. Destacando su trabajo incansable, entrega, donaciones, enseñanzas... Y sobre todos aquellos, los momentos de gloria en la calle Sevilla, dónde disfrutábamos como niños cuando el sol relucía con más fuerza cada tarde de Domingo, "Ea! Ya está la Niña en su calle, a disfrutar y dar gracias un año más" lo más esperado de cada Semana Santa.
Seguramente estarás para siempre en nuestra calle Sevilla, o en la intimidad de la capilla, cada día disfrutarás de ella cómo más te gustaba hacerlo.
Sin duda alguna, la genialidad de personalidades como él, hicieron de aquella etapa, grandes y maravillosos años, un gran reflejo sobre el que mirar para las nuevas generaciones y así entender qué es verdaderamente la Borriquita.
En breve espacio de tiempo se nos están yendo grandes hermanos; se llegó a formar una pequeña, pero gran FAMILIA que siente a la BORRIQUITA de forma excepcional. De las dificultades económicas, el trabajo, valentía, éxitos, fracasos y sacrificio, surgió la hermandad que hoy conocemos. Y de éstos, muchas y verdaderas amistades e incluso matrimonios, que bajo el amparo de nuestros titulares, han ido floreciendo en grandes familias de hermandad y de las que me siento, particularmente orgulloso de compartir. Por supuesto entre ellos estaba nuestro eterno vestidor.
Gracias Diego por todo lo que nos has dado, por tu amistad y cariño, por tu enseñanza en el arte de vestir, de hacer hermandad y por tu derroche de amor hacia Ella.
Descansa en Paz.
Rafael Pérez Becerra.
Mucha Burra.
Palma, Palma y siempre Palma